La psicología basada en la evidencia hace referencia a la práctica terapéutica efectiva, en la que se incorporan criterios que han sido sustentados de forma empírica, en todas sus áreas de acción, es decir; en la evaluación, la intervención y la relación terapéutica. La psicología basada en la evidencia es aquella en la que se pretende integrar la investigación clínica de mejor calidad, con la el contexto sociocultural del paciente y sus preferencias.
En las últimas décadas, la utilización de guías de tratamiento se han vuelto fundamentales en la práctica de la psicología clínica basada en la evidencia. Estas guías son recomendaciones de intervención determinadas, que incluyen desde estrategias de manejo hasta el comportamiento que debe tener el profesional frente a diversas situaciones
Además de la importancia que tiene el fundamento científico para la elección de los tratamientos, es decir, que se haya comprobado que funcionan en una muestra representativa, también deben ser:
•Efectivos: Son de gran utilidad en la práctica clínica habitual
•Eficientes: Su aplicación garantiza que el paciente obtendrá los mejores resultados con menores costos frente a otras alternativas
•Eficaces: Los resultados son positivos para las personas usuarias.
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